Bill Kaulitz de Tokio Hotel habla sobre su imagen andrógina
24 noviembre 2009
Bill Kaulitz, líder de Tokio Hotel es, a sus apenas 20 años, un joven con las ideas muy claras. En una entrevista a la revista alemana Bild, el cantante no desevela sus secretos y gustos a la hora de elegir los particulares estilismos de su imagen andrógina, que han generado muchas críticas pero que también cuenta con numerosos admiradores.
Con los ojos pintados de negro y las uñas postizas perfectamente pintadas del mismo color, Bill Kaulitz siempre ha destacado por su particular y extravagante estilo a la hora de vestir. No sólo destaca de él esa enorme cresta, sino también un complemento que acaba de añadir a sus looks tan personales: los tacones.
No contento con usar plataformas y mucho maquillaje, el joven también desvela que mucha de su ropa se la debe a Christian Dior y a Rick Owens, el diseñador preferido de Madonna y uno de los favoritos de las estrellas de rock. Además adorna su cuello y sus muñecas con numerosos collares y pulseras plateadas, que combina con guantes de cuero negros.
Un estilismo bastante extraño para un chico de apenas 20 años.
Sin embargo, aún siendo tan joven, el líder del grupo alemán tiene las ideas muy claras. Nunca quiso que ningún estilista se interpusiera en su camino ni que nadie le marcara las pautas de cómo debía vestir.
"Para mí fue muy importante desde el principio tener la libertad para vestirme como yo quisiera. El mayor territorio de libertad es tu propio cuerpo. Quiero ser yo quien decida la imagen que quiero proyectar", explica Bill a la revista alemana.
"El hecho de tener un estilista que decida lo que debo ponerme sería un horror. No podría soportarlo. Para mí es importante encontrarme bien y no aburrirme con la ropa", añade.
Para ello, el alemán pasa cada día mucho tiempo frente al espejo, eligiendo la ropa, el maquillaje y moldeando su complicado peinado... probablemente más que cualquier chica.
"Entre la ducha, vestirme, pintarme... necesito una hora. También hay días en los que no me arreglo. Hay días en los que me coloco una gorra y paso totalmente desapercibido. En casa estoy por ahí tirado sin afeitar y en chándal delante de la televisión, como cualquiera", añade el cantante.
En cuanto a si se ve guapo o no, Bill afirma que no es de los que "se miran al espejo y dicen: 'Tío, estás buenísimo'. Aún habiendo gente que lo piense de mí, yo no lo creo".
De su vestimenta dice que invierte parte de su dinero en sus diseñadores preferidos, pero que también lleva chaquetas cosidas por él mismo y otras que no superan los 10 euros. "En ocasiones también diseño yo lo que quiero y se lo doy al sastre. Lo importante es que a mí me guste", declara Bill.
Con los ojos pintados de negro y las uñas postizas perfectamente pintadas del mismo color, Bill Kaulitz siempre ha destacado por su particular y extravagante estilo a la hora de vestir. No sólo destaca de él esa enorme cresta, sino también un complemento que acaba de añadir a sus looks tan personales: los tacones.
No contento con usar plataformas y mucho maquillaje, el joven también desvela que mucha de su ropa se la debe a Christian Dior y a Rick Owens, el diseñador preferido de Madonna y uno de los favoritos de las estrellas de rock. Además adorna su cuello y sus muñecas con numerosos collares y pulseras plateadas, que combina con guantes de cuero negros.
Un estilismo bastante extraño para un chico de apenas 20 años.
Sin embargo, aún siendo tan joven, el líder del grupo alemán tiene las ideas muy claras. Nunca quiso que ningún estilista se interpusiera en su camino ni que nadie le marcara las pautas de cómo debía vestir.
"Para mí fue muy importante desde el principio tener la libertad para vestirme como yo quisiera. El mayor territorio de libertad es tu propio cuerpo. Quiero ser yo quien decida la imagen que quiero proyectar", explica Bill a la revista alemana.
"El hecho de tener un estilista que decida lo que debo ponerme sería un horror. No podría soportarlo. Para mí es importante encontrarme bien y no aburrirme con la ropa", añade.
Para ello, el alemán pasa cada día mucho tiempo frente al espejo, eligiendo la ropa, el maquillaje y moldeando su complicado peinado... probablemente más que cualquier chica.
"Entre la ducha, vestirme, pintarme... necesito una hora. También hay días en los que no me arreglo. Hay días en los que me coloco una gorra y paso totalmente desapercibido. En casa estoy por ahí tirado sin afeitar y en chándal delante de la televisión, como cualquiera", añade el cantante.
En cuanto a si se ve guapo o no, Bill afirma que no es de los que "se miran al espejo y dicen: 'Tío, estás buenísimo'. Aún habiendo gente que lo piense de mí, yo no lo creo".
De su vestimenta dice que invierte parte de su dinero en sus diseñadores preferidos, pero que también lleva chaquetas cosidas por él mismo y otras que no superan los 10 euros. "En ocasiones también diseño yo lo que quiero y se lo doy al sastre. Lo importante es que a mí me guste", declara Bill.
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